Ucrania ha intensificado su estrategia militar al reivindicar ataques con drones sobre instalaciones clave de la industria armamentística rusa en las cercanías de Moscú. El Estado Mayor ucraniano confirmó que las operaciones se dirigieron a fábricas que producen drones, misiles y componentes electrónicos utilizados por el ejército ruso.
Uno de los objetivos fue una planta de la empresa Kronstadt en Dubna, especializada en la fabricación de drones y sistemas de control terrestre. Este ataque representa un golpe significativo a la capacidad de producción militar de Rusia.
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El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, ordenó aumentar la producción nacional de armamento, especialmente de largo alcance, para responder simétricamente a los ataques rusos. Zelensky destacó la importancia de fortalecer la capacidad defensiva del país ante las amenazas externas.

Rusia, por su parte, ha intensificado sus bombardeos en Ucrania con el objetivo de desmoralizar a la población y debilitar las defensas antiaéreas del país. Esta nueva ofensiva aérea coincide con los preparativos de una gran ofensiva terrestre por parte del ejército ruso.
Los ataques con drones y misiles han causado al menos 12 muertos y decenas de heridos en Ucrania, siendo este uno de los ataques aéreos más intensos desde el inicio de la invasión en 2022. La capital Kiev y otras regiones del país fueron blanco de estos ataques masivos.
La comunidad internacional observa con preocupación la escalada del conflicto y sus implicaciones para la seguridad regional y global. Organismos internacionales han instado a ambas partes a buscar soluciones diplomáticas para poner fin a las hostilidades.
Mientras tanto, Ucrania continúa fortaleciendo sus capacidades defensivas y busca apoyo de sus aliados para enfrentar los desafíos que plantea la agresión rusa. La situación en la región sigue siendo volátil y requiere atención constante.

