El lunes 28 de abril de 2025, un apagón sin precedentes dejó sin electricidad a toda la Península Ibérica, afectando a más de 60 millones de personas en España, Portugal, Andorra y partes del sur de Francia. La interrupción del suministro eléctrico, que comenzó a las 12:33 p.m., provocó el colapso de infraestructuras críticas como hospitales, aeropuertos y redes de transporte, y dejó a millones sin acceso a internet ni telefonía móvil.
El apagón tuvo consecuencias trágicas: al menos cinco personas perdieron la vida en incidentes relacionados con la falta de electricidad. En Taboadela (Ourense), tres miembros de una familia fallecieron por inhalación de monóxido de carbono debido al uso de un generador doméstico. En Alzira (Valencia), una mujer de 46 años con problemas respiratorios murió cuando su máquina de oxígeno dejó de funcionar. En Madrid, una mujer perdió la vida en un incendio causado por una vela encendida durante el apagón.
LEA TAMBIÉN: Apagón en España: Investigan por qué se perdió “inesperadamente” la generación eléctrica
Red Eléctrica de España (REE) informó que la causa del apagón fue una «oscilación fuerte del flujo de potencia» en el sistema eléctrico europeo, descartando preliminarmente ciberataques, errores humanos o fenómenos meteorológicos extremos. Sin embargo, el Gobierno español ha sido más cauto y no descarta ninguna hipótesis, anunciando investigaciones tanto a nivel nacional como desde la Comisión Europea.
La recuperación del suministro eléctrico fue gradual. A las 5:00 a.m. del martes 29 de abril, el 92,09% de la demanda energética en España había sido restablecida. Sin embargo, el transporte público continuó afectado: el Metro de Madrid reanudó su servicio a las 8:00 a.m. con algunas líneas aún inoperativas, y los trenes de Cercanías operaban al 50% de su capacidad.
LEA TAMBIÉN: Video: Explosión en puerto iraní deja al menos 70 muertos y más de 1.200 heridos
El apagón ha reavivado el debate sobre la vulnerabilidad del sistema eléctrico en la Península Ibérica, especialmente en un contexto de alta penetración de energías renovables y baja interconexión con el resto de Europa. Expertos señalan la necesidad de reforzar la resiliencia de la red eléctrica y mejorar la coordinación internacional para prevenir futuros incidentes de esta magnitud.
Mientras las autoridades continúan investigando las causas del apagón, la ciudadanía y los servicios de emergencia han demostrado una notable capacidad de respuesta ante la crisis. No obstante, el suceso ha dejado al descubierto la extrema dependencia de la sociedad moderna de la electricidad y la necesidad urgente de implementar medidas que garanticen la seguridad y estabilidad del suministro energético en el futuro.

