El expresidente Evo Morales ha generado controversia al proponer el levantamiento gradual de la subvención a los combustibles en Bolivia, en un contexto marcado por la ditribución de gasolina y diésel en varias regiones del país. Durante su programa dominical de radio, Morales planteó la necesidad de tomar medidas estructurales para enfrentarla.
«Es momento de hablar con honestidad al pueblo boliviano. La subvención no podrá sostenerse en el tiempo», afirmó Morales, quien sugirió que la eliminación de este beneficio se realice de manera gradual y en consulta con la población. Además, destacó la importancia de acompañar esta medida con programas sociales que mitiguen su impacto en los sectores más vulnerables.
La propuesta ha generado reacciones divididas. Mientras algunos sectores productivos, como los agricultores, han expresado su preocupación por el impacto que tendría en los costos de producción, otros consideran que es una medida necesaria para aliviar la presión sobre las finanzas públicas. Según Morales, la falta de combustible ya está afectando actividades clave como la cosecha de arroz y el mantenimiento de caminos.
Por su parte, el Gobierno de Luis Arce ha atribuido la sutiación a factores externos, como la escasez de dólares y el aumento de los precios internacionales del petróleo. Sin embargo, Morales criticó la gestión del Ejecutivo y señaló disputas internas dentro del oficialismo como un obstáculo para resolver el problema. «No hay mando dentro del gabinete, y eso está afectando al país», declaró.
La Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco) también se pronunció sobre el tema, calificando la subvención como «insostenible» y pidiendo una revisión de las políticas energéticas. Según expertos, el costo de mantener la subvención ha aumentado significativamente en los últimos años, poniendo en riesgo la estabilidad económica del país.
Este debate pone de manifiesto los desafíos que enfrenta Bolivia para garantizar el abastecimiento de combustibles y, al mismo tiempo, mantener un equilibrio fiscal. Mientras tanto, la población sigue enfrentando largas filas en las estaciones de servicio, a la espera de soluciones concretas que alivien la crisis.