El expresidente Evo Morales se encuentra en el centro de una tormenta política tras ser acusado de transfugio y traición por el Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP). La controversia surgió después de que Morales firmara un acuerdo con el Frente Para la Victoria (FPV) en su intento por postularse nuevamente a la presidencia en las próximas elecciones generales2.
El presidente del MAS-IPSP, Grover García, anunció que Morales será procesado por la instancia interna del partido, argumentando que, como militante del MAS-IPSP, no puede suscribir acuerdos con otras fuerzas políticas. García calificó a Morales de «traidor» y «tránsfuga», acusándolo de actuar por intereses personales y de haber engañado al pueblo boliviano con promesas incumplidas.
La situación ha generado una fuerte división dentro del MAS-IPSP, con algunos miembros apoyando a Morales y otros exigiendo su expulsión del partido. El dirigente Mario Aseña, por ejemplo, ha calificado a Morales como «vocero de la nueva derecha» y ha pedido que los diputados y senadores que respaldan su candidatura también sean procesados por traición.
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El acuerdo entre Morales y el FPV ha sido visto como un intento desesperado del expresidente por mantenerse en el poder. Según García, Morales ha traicionado al partido en varias ocasiones a lo largo de su carrera política, distanciándose de líderes históricos del MAS-IPSP y aliándose con figuras controvertidas.
La Comisión de Ética del MAS-IPSP ha iniciado un proceso para recuperar los escaños de los legisladores que apoyan a Morales, argumentando que estos deben renunciar a sus cargos por traición al partido. Además, se ha anunciado que el caso será expuesto a nivel internacional para demostrar cómo Morales se ha «servido del partido y ahora lo traiciona por intereses personales».
La comunidad política boliviana se encuentra en vilo ante esta situación, mientras las tensiones dentro del MAS-IPSP continúan aumentando. La próxima reunión del partido será crucial para determinar el futuro de Morales y de aquellos que lo apoyan