En una declaración sorpresiva y controvertida, el presidente Donald Trump anunció el lunes que Estados Unidos impondrá aranceles del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio. La medida, que afectará a países como Canadá y México, se suma a una serie de aranceles recíprocos que Trump promete implementar esta semana.
«Cualquier acero que entre a Estados Unidos tendrá un arancel del 25%«, declaró Trump a bordo del Air Force One mientras volaba hacia Nueva Orleans para asistir al Super Bowl. La decisión, que también incluye aluminio, ha generado críticas y preocupaciones entre los aliados comerciales de Estados Unidos.
El presidente argumentó que estas medidas son necesarias para proteger la industria nacional y asegurar que Estados Unidos no se vea perjudicado por las políticas comerciales de otros países. Sin embargo, economistas y expertos en comercio han advertido que los aranceles podrían aumentar los costos para los consumidores y afectar negativamente a las empresas que dependen de estos materiales.
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La respuesta internacional ha sido rápida y mixta. Mientras que algunos líderes, como el primer ministro canadiense Justin Trudeau, han expresado su preocupación por la incertidumbre económica que esto podría generar, otros, como el primer ministro australiano Anthony Albanese, han pedido exenciones para sus países.
Trump también mencionó que los aranceles recíprocos, que se anunciarán probablemente el martes o miércoles, serán una respuesta directa a los aranceles impuestos por otros países a productos estadounidenses. «Si ellos nos están cobrando un 130% y nosotros les estamos cobrando nada, eso no va a durar así», afirmó.
La industria del acero en Estados Unidos ha recibido la noticia con cautela. Mientras que algunos sectores apoyan las medidas como una forma de proteger los empleos nacionales, otros han señalado que los aranceles podrían llevar a una guerra comercial que perjudique a ambas partes.