En un contexto de esperanza navideña que contrastó con la crudeza de la guerra, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, denunció lo que calificó como un «ataque inhumano» por parte de Rusia durante la celebración de Nochebuena. El mandatario se refirió a una serie de bombardeos que golpearon diferentes regiones del país, dejando un saldo trágico de víctimas y una estela de destrucción en momentos de paz simbólica.
Según informes oficiales, las fuerzas rusas lanzaron misiles y ataques con drones sobre varias ciudades ucranianas, incluyendo Kiev, Odesa y Dnipró, durante la noche del 24 de diciembre. Los ataques causaron la muerte de al menos 12 personas y dejaron decenas de heridos, según el Ministerio de Defensa de Ucrania. «Rusia demuestra nuevamente que no respeta ni la humanidad ni los valores universales», afirmó Zelenski en un mensaje a la nación.
El ataque incluyó el uso de drones Shahed de fabricación iraní, una táctica que ha sido recurrente en la ofensiva rusa. Los equipos de emergencia trabajaron durante la madrugada para extinguir incendios provocados por los bombardeos y rescatar a personas atrapadas entre los escombros. Imágenes compartidas en redes sociales muestran edificios residenciales y hospitales gravemente dañados, un recordatorio devastador de la persistente violencia del conflicto.
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La respuesta internacional no se hizo esperar. Líderes de la Unión Europea y Estados Unidos condenaron los ataques, calificándolos de «barbarie» y reiteraron su apoyo inquebrantable a Ucrania. «Atacar a civiles en una noche de celebración religiosa es un acto que rebasa los límites de la humanidad», declaró Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores.
Zelenski aprovechó la ocasión para enfatizar la necesidad de reforzar la defensa aérea de Ucrania y solicitó a sus aliados más armamento para proteger a su población. «Cada ataque es una prueba de por qué Ucrania necesita más apoyo militar. Es nuestra única forma de garantizar la seguridad de nuestras familias», afirmó el mandatario en un tono de urgencia.
Mientras tanto, en Rusia, las autoridades se han mantenido en silencio respecto a los bombardeos navideños. Los medios estatales han continuado promoviendo la narrativa de que las operaciones en Ucrania son «necesarias» para proteger los intereses rusos, en un intento por justificar una guerra que ha sido ampliamente condenada a nivel global.
La población ucraniana, sin embargo, mostró nuevamente su resiliencia. A pesar de los ataques, en algunas ciudades se organizaron reuniones improvisadas para celebrar la Navidad en refugios antiaéreos. «La guerra nos ha robado mucho, pero no nos quitará nuestra fe y nuestra unión como pueblo», comentó Oksana, una residente de Kiev que asistió a una misa en un refugio subterráneo.