Agustín Lozano, presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), fue detenido por la Policía Nacional del Perú (PNP) en un operativo que ha remecido el mundo del deporte peruano. Lozano está acusado de liderar una organización criminal denominada “Los Galácticos,” y enfrenta cargos de corrupción, fraude y lavado de activos. La detención ocurrió en medio de una serie de allanamientos y, según fuentes policiales, implicó también a otros funcionarios, incluido Joel Raffo, presidente de Sporting Cristal.
La investigación, liderada por la Fiscalía de Lavado de Activos, sostiene que Lozano utilizaba su posición en la FPF para realizar movimientos financieros ilícitos, vinculados a acuerdos irregulares en el fútbol nacional. Se alega que, bajo su mando, la organización facilitó la malversación de fondos, beneficiando a empresas y socios específicos en detrimento de la transparencia en el deporte.
Los allanamientos se realizaron en varias propiedades relacionadas con Lozano, quien será retenido por 15 días mientras la Fiscalía recolecta evidencia adicional y toma declaraciones de otros involucrados. La investigación apunta a descubrir el alcance de las operaciones delictivas dentro del organismo deportivo.
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Los rumores sobre posibles irregularidades en la gestión de Lozano no son nuevos. Durante su tiempo en la FPF, surgieron cuestionamientos sobre su manejo de contratos y presupuestos, aunque nunca se había avanzado tanto en una investigación penal. La detención preliminar de Lozano marca un hito en los esfuerzos por depurar el deporte peruano de presuntas prácticas corruptas.
La reacción en la comunidad futbolística ha sido variada. Mientras algunos celebran el avance de la justicia, otros temen que la imagen del fútbol peruano se vea afectada. Equipos de la liga local también han expresado preocupación por las repercusiones en el torneo nacional y en la relación de la FPF con entidades internacionales.
La situación plantea un reto para la FPF, que ahora deberá reorganizarse y garantizar que el desarrollo del deporte no se vea estancado por estas investigaciones. En paralelo, se espera que se realicen auditorías internas para esclarecer los hechos y evitar que futuras administraciones enfrenten problemas similares.
Con este golpe al fútbol peruano, las autoridades buscan enviar un mensaje claro contra la corrupción en todos los niveles. La investigación sigue en desarrollo y se esperan más detenciones en los próximos días, mientras se profundizan las acusaciones y se definen los siguientes pasos en el proceso judicial.