La ONG Prisoners Defenders informó que aumentó la cifra de presos políticos en Cuba en el marco del tercer aniversario del 11J, las masivas protestas contra la dictadura de Miguel Díaz-Canel.
En su balance correspondiente a julio, la organización detalló que el número de personas privadas de su libertad por motivos políticos ascendió a 1.119, tres más que en el mes anterior. “En el aniversario del 11J, la miseria, la represión de la totalidad del pueblo, el miedo de sus ciudadanos, la persecución de la prensa, la huida del país de miles de ciudadanos cada mes y el dolor de las familias y los presos, todos ellos torturados de las formas más viles posibles en prisión y sin de atención médica o alimentación adecuada, entre otras desgracias, describen la realidad cubana actual”, subrayó el reporte.
En comunicación con Infobae, el presidente de Prisoners Defenders, Javier Larrondo, amplió los datos revelados en el informe: “30 de estos 1.119 prisioneros políticos fueron detenidos siendo menores y siguen estando en la lista. Son 29 chicos y una chica. 28 de ellos aún cumplen sentencia y dos siguen en proceso penal con medidas cautelares sin tutela judicial alguna”, explicó; al tiempo que resaltó: “15 de estos menores ya han sido condenados por sedición, con una pena media de cinco años de prisión”.
Luego sostuvo que ”119 mujeres, incluyendo menores y dos de género trans, sufren condenas políticas y de conciencia. Todas las mujeres trans están encarceladas entre hombres”, denunció.
Respecto al estado de salud de los presos políticos, indicó que 324 padecen patologías médicas graves y no reciben tratamiento médico. “Hemos podido confirmar que la causa se debe a la falta de alimentación, los maltratos, el ambiente represivo y su agravamiento por dicha falta de atención médica adecuada”, describió.
El informe hizo hincapié en que el régimen desplegó un operativo represivo contra activistas y periodistas independientes por toda la isla el mes pasado. El Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) denunció un alarmante incremento de las violaciones a la libertad de expresión y prensa en Cuba en julio, mes en el que se conmemoraron tres años de las masivas protestas que sacudieron a la isla.