Florencia vivió momentos de indignación recientemente cuando una turista fue sorprendida escalando y simulando un acto sexual con la estatua del Baco de Giambologna ubicada en el área de Borgo San Jacopo. De nacionalidad desconocida, la mujer vestía shorts de jeans y una camiseta negra, y fue vista besando la escultura mientras una amiga tomaba fotos.
Patrizia Asproni, de la organización de patrimonio cultural Confcultura, expresó su molestia y urgió un control riguroso similar al modelo de Singapur. “Necesitamos aplicar el modelo de Singapur: controles estrictos, multas muy altas, tolerancia cero”, declaró. El incidente, que se viralizó rápidamente en Italia, ha generado llamados a medidas más severas contra el comportamiento irrespetuoso de algunos turistas.
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La oficial Antonella Ranaldi también opinó sobre el suceso y destacó la importancia de respetar los monumentos públicos, sean originales o réplicas. “Los turistas son bienvenidos, pero debe haber respeto por nuestros monumentos”, apuntó Ranaldi.
El suceso ha provocado fuertes críticas en las redes sociales, donde las imágenes fueron compartidas inicialmente por un residente local. En el grupo de Facebook, la persona expresó: “Aquí está el respeto por Florencia”, añadiendo un emoji sobre una de las imágenes para ocultar la acción que simulaba la mujer. Las imágenes de la mujer simulando un acto sexual junto a la estatua generaron una ola de reacciones negativas. “¿Estamos seguros de que necesitamos este tipo de turistas en Florencia?”, cuestionó Marco Passeri, antiguo concejal de la ciudad.
El Baco de Giambologna es una escultura creada en 1560 por el escultor flamenco Giovanni Bologna, conocido como Giambologna. Esta obra es una representación del dios romano del vino, las festividades y la embriaguez. Realizada en bronce, la escultura muestra a Baco en una pose relajada y dinámica, sosteniendo una copa de vino en una mano y racimos de uvas en la otra, simbolizando el hedonismo, la fertilidad y la abundancia. Giambologna logró capturar un sentido de movimiento y vitalidad, características distintivas de su estilo manierista, contrastando con la rigidez del periodo anterior.