El presidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden, recibió este lunes su segunda dosis de la vacuna contra el COVID-19. Tanto el futuro mandatario como su esposa, Jill, habían recibido el 21 de diciembre la primera dosis en el hospital ChristianaCare en Newark, Delaware, estado donde tiene su búnker de transición.
En un breve contacto posterior con la prensa, Biden reiteró que su “primera prioridad es llevar esta vacuna a todas las personas, tan rápido como sea”. “Será difícil pero lo lograremos”, agregó, instando mientras tanto a la población a tomar precauciones como el uso de mascarilla, lavado de manos y el mantenimiento de la distancia.
Biden anunció el pasado viernes que va a distribuir rápidamente la mayoría de las dosis disponibles de la vacuna del coronavirus para proteger a más personas, en un cambio con respecto a la política de Donald Trump.
“El presidente electo considera que debemos acelerar la distribución de la vacuna al tiempo que continuamos garantizando que los estadounidenses que la necesitan más la reciban lo antes posible”, dijo el portavoz T.J. Ducklo en una declaración. Biden “está a favor de distribuir inmediatamente las dosis disponibles y cree que el gobierno debería dejar de retener la provisión de vacunas de forma que podamos proveer más inyecciones a los estadounidenses ahora”.
El plan de Biden no es acerca de recortar a la mitad las vacunas que requieren dos dosis, una estrategia que los principales científicos gubernamentales no recomiendan. En lugar de ello, aceleraría el envío de las primeras dosis y utilizaría la influencia del poder gubernamental para proporcionar las segundas de manera oportuna.
Personas esperan para recibir la vacuna contra el COVID-19 en Nueva York. Foto: REUTERS/Brendan McDermid
El gobierno de Trump ha estado reteniendo millones de dosis de la vacuna para garantizar que las personas inoculadas ahora puedan recibir la segunda inyección, lo que provee máxima protección contra el COVID-19. Es considerado un enfoque prudente, ya que tanto la vacuna de Pfizer-BioNTech como la de Moderna requieren una segunda aplicación tres semanas después de la primera.
El secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, cuestionó el plan de Biden, declarando el viernes en un foro en un hospital que “estamos llevando al sistema hasta un punto en el que yo como secretario creo que es ética y legalmente apropiado”.
Pero un reciente análisis científico en la revista Annals of Internal Medicine estimó que un enfoque “flexible” relativamente análogo a lo que Biden está mencionando podría evitar de 23% a 29% de casos adicionales de COVID-19 cuando se le compara con la estrategia “fija” que el gobierno de Trump está siguiendo. Eso asumiendo que haya un suministro constante de la vacuna.
La campaña de inmunización en Estados Unidos ha tenido un arranque lento. De las casi 25,5 millones de dosis distribuidas, aproximadamente 9 millones han sido administradas — apenas un poco encima del 35% —, de acuerdo con la última actualización de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Una funcionaria del Departamento de Salud de Florida se prepara para administrar una vacuna contra el COVID-19 en el estacionamiento del Gulf View Square Mall, en New Port Richey, Florida, EEUU. Diciembre 31, 2020. REUTERS/Octavio Jones
Consultado si tenía reservas con respecto a tomar su juramento presidencial en el exterior, considerando los hechos de violencia de la semana en el Capitolio y reportes de potenciales nuevos ataques, Biden dijo que no. También aseguró que “todos aquellos que cometieron actos de sedición” deberían rendir cuentas por sus acciones, y que cree que “Trump no debería ser presidente”.
La declaración tuvo lugar horas después de que los demócratas en el Congreso de Estados Unidos comenzaron el lunes el proceso de destitución del presidente Donald Trump por segunda vez, si el vicepresidente Mike Pence y el gabinete no lo destituyen de su cargo.
Los demócratas, que controlan la Cámara de Representantes, presentaron una resolución en la Cámara Baja que pide a Pence que invoque la 25ª Enmienda de la Constitución y saque a Trump de la Casa Blanca.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, indicó que la Cámara seguirá adelante con el proceso si Pence no actúa dentro de las 24 horas de la aprobación de la resolución. “La amenaza del presidente al país es urgente, y también lo serán nuestras acciones”, dijo.