El Congreso peruano aprobó en la noche de este viernes la moción de censura contra el presidente del país, Martín Vizcarra. La iniciativa fue aprobada con 65 votos a favor, 36 en contra y 24 abstenciones.
El mandatario está acusado de “incapacidad moral” por supuestamente pedir a sus asesores que mintieran en una investigación parlamentaria sobre un polémico contrato con un cantante.
Vizcarra pidió al Congreso “analizar la situación con cautela y responsabilidad». «Tomen la decisión que crean conveniente”, dijo Vizcarra el viernes en el marco de una visita a un laboratorio encargado de los ensayos de una potencial vacuna china contra El Covid-19 que tendrá 6.000 voluntarios peruanos.
No obstante, el mandatario ha adelantado su reticencia a presentar su renuncia: “No me voy a correr, expresó el jueves por la noche en un mensaje televisivo”. “Estamos ante un complot contra la democracia”, agregó el mandatario que, al menos hasta antes del estallido del escándalo, gozaba de alto índices de aprobación en la sociedad por sus iniciativas contra la corrupción.
La decisión implica que Vizcarra deberá comparecer ante el pleno del órgano legislativo en una sesión convocada en un plazo de hasta 10 días y allí defender su inocencia. Entonces, al menos 87 de los 130 miembros del Congreso tendrán que votar a favor de su destitución para que esta se formalice. El presidente tendrá una hora para presentar su defensa.
De ser este el caso, será el presidente del Congreso, Manuel Merino, quien asuma el poder hasta la finalización el período presidencial, el 28 de julio de 2021. No obstante, de darse el mismo resultado que el del viernes, Vizcarra lograría evitar su remoción.
El Congreso de Perú llevó a cabo la sesión de manera virtual dadas las restricciones vigentes por la pandemia de Covid-19.
El predecesor de Vizcarra, Pedro Pablo Kuczynski -de quien el actual mandatario era vicepresidente- enfrentó dos mociones de la misma naturaleza en diciembre de 2017 y marzo de 2018. El avance contra el ex banquero llevó a que presentara su renuncia antes de ser efectivamente despedido de su cargo.
En el centro del escándalo se encuentra el cantante Richard Cisneros, alias Richard Swing. En mayo, la prensa descubrió que, en plena pandemia, el Ministerio de Cultura lo había contratado como conferencista y animador.
Vizcarra quedó contra las cuerdas tras la publicación de una serie de audios en el que una voz atribuída a Vizcarra pide a otros -sus asesores- que mintieran en la investigación parlamentaria sobre los supuestos contratos, que ascenderían a USD 50.000.
En concreto, habría pedido a Miriam Morales y Karem Roca que mintieran sobre el número de veces que Cisneros acudió al Palacio de Gobierno. Ambas le mencionan a Vizcarra que cuentan hasta cinco. “Hay que decir que entró dos veces” en lugar de cinco, les pide Vizcarra. “Lo que queda claro es que en esta investigación, estamos todos involucrados”, agrega.
Al sustentar la moción ante el plenario, el legislador opositor José Vega dijo que esos audios “corroboran” las presuntas irregularidades que el Congreso investiga desde hace meses.
Cisneros, por su parte, afirmó categóricamente este viernes que los audios son parte de una “conspiración” que busca usar su figura “para un golpe de Estado”. Cisneros se expresó así en una confusa comparecencia de prensa en la puerta de su hogar en Lima, en la que anunció que posee 278 grabaciones hechas por él mismo que demuestran su argumento. “Ustedes han sido testigos de un audio. Quiero aclarar sobre mi participación en ese audio que todo lo que escuchan es una mentira”, indicó el músico.
Según la tesis de “Swing”, es Alarcón, el presidente de la Comisión de Fiscalización del Congreso, enemigo declarado de Vizcarra y un personaje bajo investigación por varios delitos de corrupción, quien dirige toda la trama para conseguir la destitución del actual mandatario.
Así, Cisneros indicó que en las últimas semanas recibió visitas y presiones de los asesores de Alarcón y de la misma Roca y su abogado, que lo contactaron y lo llevaron a la casa personal de la asistente de Vizcarra para grabarlo sin su consentimiento.
En ese sentido, “Swing” dijo que se dio cuenta de esta “emboscada” y comenzó a mentir deliberadamente, lo que también le llevó a ir recabando nuevas grabaciones, que dijo que haría públicas y que corroborarían esta versión.
La difusión de los audios ocurrió en el marco de recurrentes choques entre el Congreso y Ejecutivo. En septiembre de 2019 el mandatario disolvió constitucionalmente el Parlamento y convocó nuevos comicios legislativos para superar otra crisis.