No, no hay riesgo de spoilers. Manolo Caro, su director, tenía “sentenciada” a Roberta, quien en más de una ocasión estuvo a punto de revelar secretos de la historia, pero como toda una profesional, se contuvo.
¿Cuál de los tres cuadros que realizaste es tu favorito?
Los tres son muy especiales para mí, pero creo que si me hubiera podido quedar con uno, sería con el tercero. Ya conocía más sobre la familia De la Mora y me pude inspirar más en cada personaje.
¿Qué fue lo más complicado de este encargo especial de Manolo Caro?
Que siempre tuve el tiempo encima. Me daban sólo tres semanas para terminarlo y normalmente me tardo un mes en algo así . El segundo fue el más difícil, pues se me ocurrió poner a los niños (Luis de la Rosa y Loreto Peralta) en un carrusel que está sobre una mesita. Ella era de un tamaño de más o menos tres centímetros, entonces imagínate lo que tardé haciendo el rostro.
Dice Manolo (Caro) que eres tan terca como él, ¿cómo le hicieron para ponerse de acuerdo?
Estoy acostumbrada a que nadie se meta en mi obra y no me gusta que me corrijan ni me cambien las ideas. Siempre he pensado que pueden bloquearte la inspiración, pero en este caso hicimos muy buena mancuerna. Manolo es muy perfeccionista, yo muy detallista y, aunque yo ya tenía el acomodo de los personajes, él pedía cambios en el diseño. Al principio yo no quería, pero entendí que mi trabajo era algo en lo que él también quería transmitir.
En Quién.com hicimos una “interpretación” de la obra de la tercer temporada, ¿lo hicimos bien?
¡Por supuesto!. La amé y me ataqué de la risa en cada cosa que leía. Amo ver cómo todo mundo se imagina un mundo y creo que eso es lo que me gusta del resultado de mi obra. ¡Tuvieron muy buenas ideas!
Manolo se quedó con el cuadro de la temporada tres, ¿qué pasó con el primero y el segundo?
Rafa Ley, el productor, se quedará con el de la segunda. Me habló varias veces un coleccionista que tiene obra muy importante y que moría por el de la segunda, pero no hubo manera de convencer a Rafa de que la cediera. Intenté que se quedara con el de la primera pero le valió. Hubiera estado increíble que se lo vendieran, pero bueno, no es mío (risas).
¿Hubo borrones y taches por parte de Manolo a la hora de pintar?
Sí, me hizo borrar en todos y cambiar muchas cosas, pero en los borradores que le iba enseñando. En este caso planeé hasta los tonos y cada detalle.
¿Harías más arte para otras producciones?
Me encantaría siempre y cuando no pretendieran que hiciera esta misma idea. Ya tuve alguna propuesta, pero querían algo muy parecido y pues les dije que no. Esta serie me trajo cosas increíbles, muchísima exposición. Me escribe gente de todo el mundo y estoy súper agradecida con Manolo y Rafa, a quienes amo con todo mi corazón.
Sueles pasar grandes temporadas en España, ¿cómo llevas la cuarentena?
Justo me vine un tiempo a Madrid y a las tres semanas de haber llegado ya estaba al borde de la locura porque soy muy paranoica. Alejandro Hank Amaya y Bárbara Coppel se acababan de mudar a Sevilla y nos invitaron a Oliver, mi bebé, y a mí a pasarla con ellos en el campo. Somos como familia y nuestros hijos se aman. Me salvaron porque ahorita ya estaría desquiciada con todo esto en un depa.
¿Qué traes en puerta para después de todo esto?
Me vine a Madrid porque me salieron varios clientes acá, como un mural para un museo y dos exposiciones, una en Sevilla y otra en Madrid, pero con todo lo que pasó ya no sé qué va a pasar. Estoy feliz de estar acá una temporada, me encanta y por mientras seguiré pintando para mis clientes.
Si quieres conocer más de su trabajo, visita su página: www.robertalobeira.com y su Instagram, @robylobeiraart .
Quién