26 Jul (BBC).- Representan casi un tercio de las muertes cada año (17,9 millones), y se espera que esa cifra alcance los 23 millones para 2030.
En la mayoría de los casos, la causa es la aterosclerosis, la obstrucción de las arterias con depósitos de grasa que reducen el flujo sanguíneo a los órganos vitales.
Pero mientras que esta condición es común en los humanos, es «prácticamente inexistente» en otros mamíferos, incluidos los chimpancés con estilos de vida sedentarios.
También hay muy poca evidencia de que esto ocurra en las ballenas y los delfines.
Entonces, ¿por qué los humanos son más propensos a sufrir ataques al corazón?
Un rasgo humano
En algún momento entre hace dos millones y tres millones de años, nuestros antepasados «perdieron» un gen.
Una mutación genética les desactivó un gen llamado CMAH, y esta característica se transmitió a través de la cadena evolutiva hasta llegar al Homo sapiens, que apareció hace unos 200.000 años.
Según un nuevo estudio de la Universidad de California, como resultado de esta mutación, los humanos se han vuelto particularmente vulnerables a los ataques cardíacos.
En estudios anteriores, Ajit Varki, uno de los autores de la investigación, ya había observado que la aterosclerosis es prácticamente inexistente en animales que no sean humanos.
En un experimento realizado hace diez años, se analizaron chimpancés y otros mamíferos en cautiverio para ver si los factores de riesgo comunes a los humanos, como un estilo de vida sedentario, una dieta alta en grasas y colesterol y la presión arterial alta, podrían provocar ataques cardíacos en estos animales.
Pero no se registró nada significativo. Entre los chimpancés, los ataques cardíacos fueron poco frecuentes y no fueron causados por aterosclerosis.
Esto llevó a los investigadores a enfatizar que los animales solo sufren de la enfermedad cardiovascular si han sido modificados genéticamente para funcionar de manera similar a los humanos, o alimentados con cantidades no naturales de colesterol con fines científicos.
En la investigación actual, Varki y su equipo utilizaron ratones modificados genéticamente en los que el gen CMAH estaba inactivo, al igual que en los humanos. En otro grupo de ratones, el gen no fue modificado.
Aunque ambos grupos fueron alimentados de la misma manera y sometidos a la misma rutina, el grupo de ratones modificados genéticamente tenía al menos el doble de acumulación de grasa en su sangre.
«La pérdida de CMAH en ratones aumenta claramente la predisposición al desarrollo de la aterosclerosis sin cambios en el peso corporal o los perfiles de lípidos», señala el estudio.
«Estos datos indican que la pérdida evolutiva de CMAH puede haber contribuido al aumento de la predisposición a enfermedad cardiovascular en los humanos».
Los investigadores señalan que hay varios factores de riesgo que aumentan las posibilidades enfermedades cardiovasculares en los seres humanos.
Incluyen la falta de actividad física, colesterol alto, la edad, diabetes, obesidad, tabaquismo y consumo de carnes rojas.