Tarragona, 28 jun (EL PAÍS).- La peor cara de la ola de calor ha dejado huella en Cataluña. El incendio iniciado el miércoles en Torre de l’Espanyol (Tarragona) continúa activo y las altas temperaturas no hacen sino alentar unas llamas que ya han devastado 6.500 hectáreas de los municipios de la Torre de l’Espanyol, Vinebre, la Palma d’Ebre, Flix y Maials. El fuego, que tiene un potencial de incendio de 20.000 hectáreas, según las autoridades, ha coincidido con la intensa ola de calor que azota a buena parte de la Península y Baleares. Las altas temperaturas y una humedad de apenas 25% están dificultando las tareas de extinción en esta zona del valle del Ebro, una de las más calurosas de Cataluña y donde este jueves se han superado los 35 grados. Las previsiones son poco halagüeñas y apuntan a que este viernes se alcanzarán los 40 grados.
Por ahora, el incendio ya ha obligado a evacuar a 53 personas, todas ellas de casas rurales y masías aisladas. Los agentes rurales apuntan como origen del fuego una granja de Torre de l’Espanyol. Las autoridades han advertido de que la actual es la peor situación de riesgo de los últimos 20 años.
A primera hora de la tarde, un nuevo incendio se ha originado en La Fatarella, a unos 20 kilómetros del incendio de la Torre de l’Espanyol. Eso complica las tareas de extinción, según ha explicado el consejero del Interior, Miquel Buch, pero no es el peor escenario posible porque se encuentra en el mismo radio de actuación de los bomberos ya desplazados en la zona. Los especialistas están aún evaluando el perímetro del fuego. Paralelamente, Protección Civil ha dado la orden de confinamiento a toda la población de la Bovera y a los ancianos, embarazadas, niños y personas con problemas respiratorios de Maials.
El jefe de Bomberos de la Generalitat, David Borrell, ha asegurado que no puede «ser optimista» con el control del incendio y ha mostrado su preocupación. «La orografía es complicada, genera muchas dificultades, las condiciones del tiempo no son favorables. Esto nos hace estar agobiados y trabajar duramente para conseguir los objetivos», ha explicado a Catalunya Ràdio. Y ha añadido que el problema no es el número de efectivos, ya que están trabajando con todos los recursos y han pedido refuerzos y vendrán más: «La complicación no es tanto de recursos disponibles sino de la dificultad que nos presenta el terreno y las condiciones meteorológicas».
En estos momentos trabajan en la extinción del fuego 90 dotaciones terrestres y 15 aéreas, entre ellas helicópteros de comando, bombarderos, aviones de vigilancia y ataque e hidroaviones del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. La Unidad Militar de Emergencias ha llegado durante esta madrugada para colaborar en los trabajos de extinción, con 120 efectivos y nueve vehículos del Batallón de Intervención, con base en Zaragoza.
