Santa Cruz, 30 ene (Radio Splendid).- La víctima del caso de la violación en grupo en un motel en Santa Cruz, denominado caso La manada boliviana, envió una carta pública, a través de su madre dirigida a la población, donde relata lo que vivió un día antes del encuentro con los cinco procesados por este caso y cuenta el difícil momento que ahora está viviendo.
La joven de 18 años rompió el silencio y aseguró que lo sucedido el 14 de diciembre le destruyó la vida. En una carta de dos hojas pide a quienes creía sus «amigos» digan la verdad a sus padres. Recrimina las confesiones de madres, negando ser drogadicta o haber pervertido a sus hijos (sus compañeros) como lo señalaron en algunos medios.
La carta será entregada hoy por los abogados de la defensa, Andrés Ritter y Jessica Echeverría, de manera oficial a las autoridades para que forme parte del expediente de casi 500 fojas y sea considerada una prueba de la verdad de la víctima.
La carta dice lo siguiente:
Jamás pensé que aquel 14 de diciembre mi vida cambiaría para siempre. La noche anterior me había desvelado junto a cuatro compañeras intentando memorizar todo lo que se refiere al sistema circulatorio. Estudiamos hasta las 7:00 am, estaba nerviosa por pasar el propedéutico y lo único que hice esa mañana fue una y otra vez repasar hasta que llegó la hora de dar el examen. Desde que era niña soñaba con ser neuróloga, esa tarde era el primer paso para cumplir mis sueños. Luego de una hora y media sentí que me había sacado un peso de encima. Ese 14 significó el primer paso para cumplir mis sueños y quién diría que se transformó en el día que destruyó mi vida para siempre. Yo estaba con las personas que yo creía eran mis amigos, entre ellos mi compañero desde mis 10 años ‘Tulín’ y ‘Peluca’ a quien yo consideraba uno de mis mejores amigos.
Esa noche yo no estaba sola con cinco hombres, como comentan algunas personas, yo estaba con quienes creía eran mis amigos festejando el cumpleaños de uno de ellos. Cuando sos joven pensás que nunca nada malo te va a pasar, que podés confiar en quienes creías un día te llamaban su amiga y aprecian estar ahí para vos. Lo que sucedió esa noche conmigo solo ellos lo saben y me duele que no les digan la verdad a sus padres. No sé qué duele más, ¿si despertar en una clínica y enterarte de que fuiste violada?, ¿qué horrible esa palabra no?, y que guarden silencio y que sus familias a las que yo jamás les hice ningún daño, todos los días inventen cosas de mí que jamás hice ni haré. Es duro enterarte de que una persona a la cual le decías tía, diga en toda la prensa que sos una pervertida. Las palabras de ella me dolieron más que las declaraciones de una señora que jamás vi en mi vida y que me llamó drogadicta. ¿Puede tanto la maldad? Hay noches que no puedo dormir porque vienen a mi cabeza una y otra vez las palabras tan crueles que dicen de mí.
Yo lo único que hice fue confiar y creer que sus hijos eran mis amigos y que jamás me tocarían ni un pelo. Mi vida está destruida, el sueño de iniciar este año Medicina se acabó, salir a la calle es tarea imposible porque vivo atemorizada, ya no confío ni creo en nadie. Si sus hijos están presos, yo lo estoy aún peor, todos los días encerrada entre cuatro paredes preguntándome ¿cuándo va a acabar esto?, ¿cuándo las familias de ellos y sus abogados dejarán de hacerme tanto daño?
Todos los días le pregunto a Dios ¿por qué a mí?, ¿por qué nadie me ayudó?, ¿por qué me dejaron botada y sola en esa clínica?, ¿por qué no dicen toda la verdad?, ¿por qué no son tan valientes y les dicen a sus madres que esa noche me violaron? Quisiera verlos cara a cara y que me miren a los ojos y me digan si estoy mintiendo. No solo tengo dolor, también tengo rabia porque quisiera volver el tiempo atrás y no estar ahora preguntándome ¿quién de ellos me violó?